jueves, agosto 31, 2006

Cero contacto pero VIP

Falta justo un mes para mi cumpleaños. El 1 de octubre cumplo 24 y creo que los 23 me han acentado de maravillas. Y aunque mi horóscopo de la revista "Tpropongo" me vaticina un septiembre bastante turbulento, sin rumbo fijo y que al parecer no llegaré a buen puerto, me atrevo a cerrar mis 23 con saldo positivo.

A los 23 me enamoré, me desamore....me volví a enamorar y me redesamoré. Desconfié por entero de los hombres, mis hormonas se desrevolucionaron y cayeron en la agonía. Y como dije ayer, estaba más apagada que un burro en un desierto, jajaja.

Pero ya desperté, mis hormonas hicieron sinapsis y ando con la antenitas de vinilo en alerta. ¿¿¿ ahora??? sigo soltera, sin compromisos, bailando apretao y gracias a dios intentando no amar demasiado (si no entienden lean el post anterior). Lástima que, tal como dice mi amiga
Tere, pasaremos este 18 de sept sin gritar Viva Chile!, en el bailecito obvio. Y eso que ella está pololeando, jajajaja.

Siempre me consideré una vieja, o más madura como diría alguien por ahí. Pero por esas cirscuntancias loca de la vida me fui de viaje. Dejé una oferta laboral a medio camino y partí rumbo a Buzios, algo así como la tierra de nunca jamás, ya que me hizo retroceder en el tiempo. Por primera vez me sentí como una cabra chica. Y desde ahí, desde mayo, que soy feliz. Si hasta me he dado permiso de pasar de happy hour en happy hour y conocer a gente extraña que llega a mi messenger.

A mi canasto de amistades agregué un nuevo amigo: al principio hacía sus propias fiestas de autocompasión, se reía poco, a la hora de conversar parece pasto seco (prende altiro y mi oreja tiembla!!!) y era amoroso y tierno conmigo. Ahora no fuma, se rie, cambió sus famosas fiestas por tallarines, y lo amoroso y tierno se lo guardó al bolsillo. Tiene una productora, no haberlo conocido antes para que me hubiera prestado sus "máquinas" cuando tenía que hacer trabajos para la u. Y bueno, para mis 24 espero ver su regalo (una canción) en mis manos.

Lo que no cumplí:

- Bajar de peso, de hecho me volví enemiga de la sibutramina.

- Ayudar a la gente y a mi, estoy conciente que tengo cero espíritu social.

- encontrar o que me encontrara mi principe azul, y eso que ni siquiera quiero que venga a caballo.

- Dejar lo obsesiva!



jueves, agosto 17, 2006

¿Amo demasiado?

Cuando estar enamorada significa sufrir, es que estamos amando demasiado.

Cuando la mayoría de nuestras conversaciones con amigas íntimas son acerca de él, de sus problemas, sus ideas, sus sentimientos, y casi todas nuestras frases conmienzan con "él..", estamos amando demasiado.

Cuando disculpamos su mal humor, su mal carácter, su indiferencia o sus desaires como problemas debidos a una niñez infeliz y tratamos de convertirnos en su psicoterapeuta, estamos amando demasiado.

Cuando leemos un libro de autoayuda y subrayamos todos los pasajes que lo ayudarían a él, estamos amando demasiado.

Cuando no nos gustan muchas de sus conductas, valores y características básicas, pero las soportamos con la idea de que, si tan sólo fuéramos lo suficientemente atractivas y cariñosas, él querría cambiar por nosotras, estamos amando demasiado.

A pesar de todo el dolor y la insatifacción que acarrea, amar demasiado es una experiencia tan común para muchas mujeres que casi creemos que es así como deben ser las relaciones de pareja. La mayoría de nosotras hemos amado demasiado por lo menos una vez, y para muchas de nosotras ha sido un tema recurrente en nuestra vida que incluso nos hemos obsesionado tanto con nuestra pareja y nuestra relación que apenas podemos funcionar como personas.

* "Las mujeres que aman demasiado" de Robin Norwood

lunes, agosto 07, 2006

¡La moda brasilera llegó a Chile!!

En mayo fui a Brasil y cuando fuimos a bailar a las discos, cachamos que los tipos no sacan a bailar sino que como Pedro por su casa se ponían al lado de uno y zas!!!! ya estaba la pareja armada. Y era un poco incómodo para nosotros que estábamos acostumbradas a que nos pidieran permiso y no a que tipos pátuos se metieran como si nada entre nosotrps

El sábado, y después de mucho tiempo, fui a bailar a una discotheque. Y entre baile y baile me encontré con que los hombres ya no estaban sacando a bailar sino que se colocaban al lado, así como que no quiere la cosa.

Y yo quedé impactada!!! como es que los hombres chilenos, siempre tan tímidos y caballeros, estaban imitando a sus pares brasileros. La luchi, mi amiga, mientras tantas se reía con el espectaculo y más aún con tipo que bailaba solo, tenía su propia coreografía y se llamaba Nicolás...es que no aguanté las ganas de preguntarle el nombre porque su baile era muy freak!

Ahora, como no salgo mucho, nosé si esto es una moda y que sucede en toda las discotheques o fue sólo un hecho puntual que se dio en el Subterraneo, la discotheque donde fui.