Y chao no más

Pensé que sería un día cualquiera pero no pude evitar emocionarme y que me se apretara la guata cuando miraba el reloj y ya había terminado mi último reportaje...tenía que irme.

Hoy fue mi último día en La Segunda y fue muy raro, las pautas que me tocaron fueron tranquilas y no fui al taller a cuadrar las noticias en las páginas, que era una de las cosas que más me gustaba hacer.

Fueron tres meses realmente increibles. Mi deseo era estar trabajando para las elecciones presidenciales y para el cambio de mando, y ¡¡¡¡ lo cumplí!!!, creo que eso fue uno de mis principales logros.

Más aún cuando se está con gente que acoge las opiniones, te hace resaltar y dar apoyo. Pero no me alcancé a despedir de todos, no me gustán las despedidas..asi es que a los que estaban después del almuerzo en ese minuto, les avisé sin más que era mi último día...a los otros les mandé un mail. Y lo hice así porque sabia que si me despedida en persona más de alguna lágrima me iba a caer.

Fui feliz al estar en la noticia, con el reporteo diario, con las corridas que tenía que pegarme para ir a escribir, con llamadas telefónicas de último minuto o escribir una nota en menos de cinco minutos...la adrenalina fue total, por lo menos logré más de alguna noticia de portada.

Y da emoción irse, sobre todo, en momentos que ya tenía mis propias fuentes que entregan esos datitos sabrosos, sacaba temas de la nada y estaba cómoda. Y siento esa pena que no es de tristeza, y nosé como explicarlo. Es la pena de irse y dejar un lugar en el que se fue feliz, que nada lo pudo empañar.