Fui Vip..y gracias a Pinochet

Siempre fui y he sido del perraje; del que hace colas de horas para algún evento, de pagar la entrada para algún cantante, de la que no ha recibido invitaciones especiales de grandes tiendas o marcas...ni nada que un buen "pituto" pueda hacer.

La cosa es que se murió Pinochet y como periodista innata quería vivenciar este momento histórico; oir a la gente comentar, a los familiares expresarse, ver qué personalidades asistían, etc. Y ¡Click!, mi papá como ex militar tenía chipe libre para entrar. El lunes fuimos en familia y como si nada, la barrera de carabineros se abrió para nosotros. Me sentí toda una estrella, de esas que pasan escolatadas para subir al escenario.....y yo yacía sentada arriba de mi hermano porque había en nuestro auto más gente del que era capaz de soportar. No niego que mi momento de "estrella", en ese sentido, fue poco glamoroso...debimos haber sido los ZaSa de Las Condes.

Lo cierto es que estuve en mi salsa y debo reconocer también un poco incómoda. Hace un tiempo era una fervoroza admiradora del general, pero tras adentrarme un poco en el tema de los D.D.H.H., y las cuentas del Riggs me distancié de su figura. Pero no por eso, dejo de agradecer su labor en el manejo del país, en su intervención en el 73, por haberle quitado el protagonismo al comunismo y porqué no decirlo porque también forma parte de las buenas vivencias de mi infancia: cuando celebraba mis cumpleaños en el comando intituto, mis largas vacaciones recorriendo el norte y durmiendo en los regimientos militares desde La Serena hasta Arica; cuando para la votación del sí y el no fuimos hasta su casa en Presidente Errázuriz, yo quería entregarle una hoja roñosa con fotos suyas en miniatura, y nosé porque cresta, se me ocurrió entre medio meter una imagen de la Evely Matthei. Como la cuestión no tenía concordancia no me dejaron pasarsela. Es mi historia, mi realidad.

Sentí que no por no estar de acuerdo 100% con esa persona, me voy a perder el poder estar ahí....ser participe de un momento histórico, del fin de una era, ver por mis propios ojos un proceso que después estará en los libros de historia.